Lisbon Dots, Carsten Höller’s.
Lisbon Dots es un nuevo trabajo de Carsten Höller que se presenta en MAAT por primera vez, en el contexto de su exposición DAY.
Instalado en la gran sala ovalada en el centro del museo, Lisbon Dots consta de 20 focos en cuatro colores que siguen los movimientos de las personas a través de los sensores de movimiento. Inicialmente, hay 14 puntos rojos, 3 azules y 2 verdes y uno solo blanco.
Las personas con un punto rojo pueden "actualizar" a un punto azul superponiendo el suyo con uno azul durante un cierto período de tiempo. De azul, los jugadores pueden "actualizar" a verde y luego a blanco. Sin embargo, si todos los puntos rojos se unen, los 20
puntos se vuelven blancos. En este punto, el juego termina y los puntos de color vuelven a la constelación inicial.
En la realización de este trabajo, Lisbon Dots se basa en utilizar las posiciones de los visitantes en toda la galería ovalada que se adquiere a través de una red de sensores que crea un mapa del espacio y extrae la posición de las personas en tiempo real. Luego, esta información posicional se envía al motor de juego, que asigna puntos destacados a las personas si pisan un punto o atraviesan una región específica de la galería. Una vez que un foco es controlado por una persona, es parte del juego y puede progresar a través de la serie de colores: rojo, verde, azul y finalmente blanco.
Tal y como afirma el autor del proyecto, existe gran complejidad a nivel técnico. Ya que el principal desafío en la sala ovalada es la compleja geometría del espacio, por lo que dificulta mucho la calibración y la alineación de los puntos. Teniendo que desarrollar un método específico para obtener la posición exacta de cada foco en el techo basado en puntos de referencia en el piso. Para poder así, alinear todos los puntos de colores con los sensores y la disposición de estos en la sala.
En cuanto a mi experiencia personal en la sala, me llamó la atención el juego de los colores y las mezclas que se creaban entre estos cuando una o más personas se acercaban a otras. Una gran sala ovalada abundada por el silencio y el color, el misterio y la incógnita. En la que carecía de información y solo podía obtener respuestas a través de la experiencia.
Personalmente esta instalación sensorial me ha interesado mucho. No solo por el juego de
colores y las mezclas, sino también por el estudio y análisis técnico que se ha llevado a cabo para realizarla. Como por ejemplo la disposición y orden de los puntos de colores o los sensores de movimiento. Cuando bajé por las escaleras laterales dudé de si podía transitar la sala. Una vez dentro entendí que estaba pasando.
He elegido esta instalación ya que me llama la atención todo aquello que tenga que ver con las luces y sobretodo con el color. Además de ser una instalación sensorial. Un juego divertido y lúdico, en el que una vez dentro empiezas a formar parte del juego.
Lisbon Dots, Carsten Höller’s.
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